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DOS POETAS DE LOS RÍOS EN NUEVA ANTOLOGÍA INTERNACIONAL

Los poetas Teodoro Flores Carpio, Irma Gaibor García, Edwin Gaona Salinas, Claudia Saquicela, Eva Lemos y Nelson Aguinaga de Ecuador ganamos un cupo en la antología poética PACHAMAMA, de los seleccionados dos somos de la Provincia de Los Ríos. Les comparto los poemas publicados.

EL RÍO
Teodoro Flores Carpio
Babahoyo – Ecuador

Tiene reumas el río, y tiene gripe,
unas manos hostiles lo han golpeado,
le han sacado la madre a puñetazos,
lo han bañado de orines y veneno,
lo han pateado con saña,
con odio y con desprecio.

¡Es un gigante bueno que está enfermo!
Tiene el colon repleto de basura,
la faringe inflamada,
y el corazón lo tiene en llaga pura.
¿Habrá un mañana ―digo― para el hombre
sin el espanto de una
prematura hecatombe?.

Tal vez podamos ir
tomados de la mano hacia la aurora,
cantando la canción de la marea,
contando la leyenda de las olas,
y limpiando la playa de fantasmas.

¡Es hora de poner vendas y ungüento
para curar la Tierra! Y es la hora
de romperle la cara al pesimismo,
sin olvidar al río,
porque lleva canciones y alimento,
porque lleva en su nombre la sonrisa,
y porque es un gigante de alma buena.
.
PIDO AL HOMBRE
Autora: Irma Gaibor García,
Montalvo Ecuador

Los laureles, ajados, agonizan,
arde en ascuas de fuego el arrayán,
las ardillas mastican la tristeza,
los panales sin miel son sepultura.

Ha escapado la euforia de los campos,
gime el bosque ante manos homicidas
que han quemado la savia y las raíces,
y han sembrado silencio y soledad.

Ya no hay cantos de pájaros alegres,
calcinados los lirios son fantasmas
que caminan bañados en ceniza,
ya no hay tela de araña ni hay araña.

En el cielo lejano el arcoíris
ya no quiere mostrarnos sus colores,
la cigarra, el ciempiés y la libélula
han ardido en las llamas asesinas.

Hay lágrimas, tristeza y hay silencio,
hay un mudo lenguaje que exaspera,
es el grito callado de las llamas,
es la mueca invisible de las hojas.

Han herido a la virgen, selva inmensa,
sangra el nido y el árbol se retuerce
entre fuego y codicia de asesinos.
que han herido la paz, la vida, el sueño…

En nombre del paisaje que se eclipsa,
pido al hombre que cese el holocausto,
que cantemos al bosque y a las aguas
una dulce canción de amor fraterno.