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¡EMPIEZA EL ‘PANIQUEO’ POR DORMIR CON DIFUNTOS!

¡EMPIEZA EL ‘PANIQUEO’ POR DORMIR CON DIFUNTOS!

Los cadáveres se descomponen en sus casas. Son cuerpos de personas sospechosas de portar COVID-19. Jennifer Zúñiga fue la primera en dar la alerta, el viernes 20 de marzo, sobre el fallecimiento de una vecina en Sauces 2, cuyos restos fueron retirados más de 20 horas después de su deceso.

El sábado fue Tatiana Espinosa, quien a través de su cuenta de Twitter denunció que un conocido, en Urdenor 1, también al norte de Guayaquil, había fallecido con síntomas sospechosos de coronavirus y, luego de 24 horas, el Ministerio de Salud Pública (MSP) no había aparecido por el lugar.

Ese mismo día, Álex León, en Daule, se quejaba a través de Facebook de la misma situación. Una pariente había fallecido y el cadáver continuaba allí, encerrado con ellos en una vivienda durante más de 15 horas. En su caso, según dijo, el personal del MSP nunca llegó.

Luego de declararse la emergencia sanitaria en el país ante el primer caso de coronavirus, el pasado 11 de marzo y de acuerdo a los protocolos de Salud, “en todo caso no confirmado, la simple sospecha hace obligatoria la aplicación de todos los lineamientos de protección y cuidados (a cargo del MSP, que incluye la cremación), al igual que los establecidos en la normativa de bioseguridad emitida por la Autoridad Sanitaria Nacional”.

Sin embargo, existen quejas de que el Ministerio de Salud no responde ante el peligro que representa dejar un cuerpo en descomposición durante tanto tiempo sin la atención adecuada tenga o no el virus de Wuhan. Según los denunciantes, agentes de la Policía Nacional sí han acudido a los sitios donde están los cadáveres, pero “nos dicen que, al haber sospecha de coronavirus, tenemos que esperar a que el Ministerio de Salud Pública se haga cargo”, dijo León.

A las 08:00 de ayer y, tras esperar al equipo del MSP, “tomaron la opción de embalarla y la van a sepultar”, comentó sobre su pariente fallecida, una mujer de 60 años, quien residía con otra adulta mayor de 102 años.

Fidel Peñaranda, médico forense acreditado por el Consejo de la Judicatura, confirmó que en el caso de que alguien fallezca con coronavirus, el encargado del procedimiento es Salud Pública. No obstante, resaltó la peligrosidad que deviene de tener un cadáver en descomposición sin los correctos procesos de embalsamamiento tenga o no el COVID-19.

Esto, explicó, porque a pocas horas de morir, un cuerpo empieza a emanar bacterias y virus altamente peligrosos. Nombró, por ejemplo, a la ‘Pseudomonas aeruginosa’, que puede provocar cierto tipo de gangrena en personas que tengan alguna herida o su sistema inmunológico sea vulnerable.

“En los casos de fallecidos con coronavirus, este está latente ahí. Además, aunque no lo tenga, las millones de bacterias se expanden en ambientes cerrados. Por eso es necesario llevarlos hasta la morgue”, alertó.

Hasta el mediodía de ayer, a nivel nacional había 18 casos de muertos por COVID-19. Y, otros, como el de la pariente de León, se fueron a la tumba sin saber si lo padecía o no e incumpliendo con los protocolos de tratamiento para la enfermedad.

“Nunca confirmaron si era o no era (fallecimiento por coronavirus). Al menos exigíamos que el Ministerio de Salud le realizara las validaciones a las personas que residían con ella”, mencionó León.

Desde la semana pasada,se ha solicitado información al MSP sobre los casos específicos de tardanzas en levantamiento de cadáveres. Ha pedido información sobre las pruebas que le realizan a los cuerpos y si se están siguiendo los protocolos de tratamiento a los fallecidos con síntomas propios de la enfermedad, como los problemas respiratorios. Sin embargo, la entidad no respondió.

En una rueda de prensa, el nuevo ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, dijo que era una época triste “porque no podemos despedir a nuestros familiares como deberíamos” a causa del distanciamiento social.

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El funcionario añadió que hay un protocolo específico para los hospitales que se implementará para el manejo de cuerpos, pero que hasta ahora la cremación es lo ideal. No obstante, no habló sobre las personas que están falleciendo en los domicilios y cuyos cuerpos se están descomponiendo frente a sus parientes.

Protocolo intrahospitalario de cadáveres con COVID-19

1. Fallecimiento del paciente: registrar en el sistema hospitalario hora y causa de muerte.

2. Generar Formulario de Defunción y autorización para la cremación.

3. Informar a familiares el fallecimiento.

4. Acceso a dos familiares para una despedida sin contacto físico, manteniendo una distancia de 2 metros mínimo y con un tiempo máximo de 5 minutos. Tiene que usar Equipos de Protección Personal (EPP).

5. Envolver al cadáver íntegro, sin retirar catéteres, sondas o tubos que puedan contener los fluidos. No se realiza necropsia ni tanatopraxia.

6. Retiro de los Equipos de Protección Personal-EPP del personal de Salud y su desecho.

7. Colocación del cuerpo envuelto en la sábana o tela antifluidos de la cama hospitalaria en la que permanecía y colocarlo en la bolsa sanitaria estandarizada biodegradable específica para cadáveres y resistentes a la filtración de líquidos.

8. Pulverizar la bolsa de cadáveres con desinfectante de uso hospitalario o con una solución de hipoclorito.

9. Deberá incorporarse en la bolsa una cinta de seguridad (sincho).

10. Traslado de la habitación de aislamientos a la morgue del hospital.

11. El personal de salud previa entrega a familiares verificará que se hayan contratado los servicios exequiales de cremación.

12. La bolsa impermeable puede introducirse en un féretro normal. El destino final será la cremación, en las condiciones habituales. Las cenizas pueden ser objeto de manipulación sin que supongan ningún riesgo.