
La voz que por más de cuatro décadas acompañó a los quevedeños desde las cabinas radiales hoy recibe un homenaje en vida. El licenciado Jacinto López Tumbaco, de 70 años, será condecorado este 7 de octubre, durante la sesión solemne por los 82 años de cantonización de Quevedo, con la distinción Eugenio Espejo al Mérito Periodístico.
Conocido cariñosamente como “Don Chinto”, López forjó su trayectoria desde 1981 en Radio Ondas Quevedeñas, donde permaneció 35 años. Allí pasó de ser control de sonido a convertirse en locutor, periodista deportivo y conductor de noticieros. Su pasión por la comunicación lo llevó a cubrir eliminatorias mundialistas, torneos locales y los sucesos noticiosos que marcaron a la ciudad.
“Recibir este homenaje en vida me llena de orgullo. Son más de 40 años de esfuerzo, dedicación y amor por la radio”, expresó emocionado el comunicador, quien no dejó pasar la oportunidad para agradecer a quienes lo apoyaron en su camino profesional.
Su formación la consolidó en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil, donde se licenció en los años 90, reafirmando un compromiso que siempre sintió en la sangre: informar con responsabilidad y ética.
En 2020, tras la pandemia, decidió jubilarse, pero la pasión pudo más. Hoy sigue activo en la radio, compartiendo su voz en Radio La Favorita y Radio Viva, donde se mantiene vigente en los informativos matutinos.
Historias y anécdotas
Entre alegrías y momentos difíciles, López recuerda uno de los episodios más dolorosos de su carrera: cuando le tocó cubrir una noticia de crónica roja en la que estaba involucrado su propio cuñado. “Me quedé en shock, no podía ni marcar el número de mi hermana. Esa fue una de las transmisiones más duras de mi vida”, confiesa.
Mensaje a las nuevas generaciones
Con la serenidad que le da la experiencia, Don Chinto deja un consejo a los jóvenes periodistas:
“Sean éticos, investiguen, busquen siempre la verdad. No se dejen llevar por rumores y nunca hablen mal de nadie frente al micrófono. El periodismo es compromiso con el pueblo”.
Este 7 de octubre, su nombre se sumará a la historia de Quevedo, no solo como la voz que identificó a una generación, sino como un símbolo de perseverancia y amor por la comunicación.