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Testimonio de inseguridad en Cumbayá: ‘Los delincuentes nos arrinconaron contra la pared y nos apuntaron con armas de fuego’

Un asalto a dos mujeres deportistas se produjo a las 06:00 del miércoles 2 de junio del 2021 en la calle Francisco de Orellana de Cumbayá, oriente de Quito, cerca del parque de esa parroquia junto a la zona en donde funcionan varios restaurantes.

Ellas fueron sorprendidas por tres hombres armados mientras se ejercitaban en esa vía. Este Diario se contactó con una de ellas y contó su experiencia:

“Salimos a correr a las 06:00 y primero nos fuimos al parque central de Cumbayá en donde se ubican el centro de salud y la iglesia. Íbamos  por la calle Francisco de Orellana cuando bajó un automóvil blanco y pasó junto a nosotras.

Notamos que el carro frenó, los ocupantes nos observaron y se fueron. Al principio no le dimos importancia. Cuando tomamos otra calle para continuar nuestro camino,  aparecieron tres individuos que se bajaron de ese carro blanco y nos apuntaron con armas de  fuego.

Vestían ropa negra. Utilizaban mascarillas y sombrero. Se acercaron a nosotras y lo primero que pensé fue que nos meterían al vehículo a la fuerza para hacernos daño, pero no fue así. Solamente nos acorralaron contra la pared y comenzaron a arrebatarnos las cosas que llevábamos en ese momento.

Les entregamos nuestros relojes especiales para practicar deportes. Yo les di mi celular. Continuaban apuntándonos con sus armas y a mi amiga le insistían que les entregue su teléfono móvil, pero no lo tenía en ese momento. Al final se fueron y nos dijeron ¡corran! ¡váyanse de aquí!

Nos fuimos a la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) que se encuentra a la vuelta del sitio en donde nos asaltaron y los policías nos preguntaron si anotamos el número de las placas del carro en el que se movilizaban los delincuentes.

La verdad es que en medio del susto que vivimos nunca lo hicimos. Los agentes subieron al patrullero supuestamente para buscarles y no obtuvieron resultados. Nosotras nos fuimos a descansar y pasar el susto en otro sitio.

Cancelé mi línea telefónica y finalmente regresé a casa. Es lamentable lo que pasa, los corredores y ciclistas debemos cuidarnos porque ya no podemos salir a hacer deporte con tranquilidad.

Gracias a Dios solo fueron cosas materiales las que perdimos. Qué vulnerables estamos con tanta delincuencia. Ni siquiera un guardia que vio todo pudo ayudarnos… ¿Y la policía qué hace por nosotros?

El problema es que nos cerraron la zona del reservorio, la cual era segura para correr. Allí hay un circuito de un kilómetro en el cual nos podemos ejercitar con tranquilidad. Ahora corremos por los alrededores y estas bandas delictivas conocen que usamos relojes especiales para hacer deporte, celulares para escuchar música con audífonos.

Fuimos a la UPC para indicarles a los policías lo que había pasado, pero no presentamos una denuncia formal como se hace en estos casos. Nada se consigue”.

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